
El gobierno canario vuelve a poner de manifiesto el desconocimiento sobre la práctica del montañismo en el Parque Nacional del Teide
Ante el evidente desconocimiento sobre nuestra práctica deportiva sostenible que se evidencia en el borrador del PRUG publicado recientemente, nos vemos obligados a iniciar una serie de aclaraciones sobre la misma
Las distintas modalidades de los deportes de montaña, senderismo, montañismo, escalada, alpinismo, carreras por montaña, marcha nórdica,… tienen un común denominador en su práctica en el medio natural que consiste en un respeto máximo por el mismo plasmado tanto en la práctica deportiva, procurando no dejar rastro de su paso, como en el cuidado del medioambiente a través de acciones de limpieza, algunas de ellas realizadas en el mismo PNT, de educación ambiental, de eliminación de plantas invasoras…
Además, la presencia de los montañeros en el territorio del PNT no es moderna, sino que proviene desde el siglo XIX, mostrando sus bellezas y características de tal forma que ellos fueron uno de los factores que llevaron a motivar la consecución de la declaración del PNT. Existen muchos lugares dentro del mismo que fueron reconocidos y cuidados por los montañeros mucho antes de que existiese una preocupación social extendida por la necesidad del cuidado medioambiental. En la actualidad, dentro del propio parque, montañeros, en especial escaladores, participan en el examen del estado de la flora, teniendo un papel importante en el descubrimiento de nuevos taxones.
Ante lo anterior, mantener que da igual el tipo y características del visitante y por tanto hacer desaparecer los dos tipos de visitas que se plasmaban en el anterior PRUG, nos parece un error que puede afectar a la gestión del uso público del PNT ya que no se podrán articular acciones adecuadas a las características de los visitantes. No es lo mismo una visita corta, de paso, de autoselfies, que una visita más inmersa en reconocer y valorar la naturaleza en sus distintas formas, más larga en el tiempo y en el espacio; la respuesta del PRUG ante ambas no puede ni debe ser idéntica.
Hay otras cuestiones que ponen de manifiesto el desconocimiento sobre la práctica montañera. Quepan aquí solo algunas desde la ignorancia de modalidades como la marcha nórdica, cada vez más extendida en la isla, que posee unas características particulares en su práctica, a otras como prohibir el uso en todo el parque de bastones con punta metálica con una repetida argumentación que se basa solo en apreciaciones particulares y no diferencia los distintos tipos de terrenos que hay en el PNT; se llega a prohibir el uso de bastones con funda o tacos de goma obligando a los usuarios a tener y usar dos tipos de bastones con el consecuente extra de gasto de adquisición. Pero lo más grave es que desde el primer borrador se pidió algún tipo de estudio que demostrase el posible daño que se decía y siempre todo quedó en apreciaciones sin fundamentar. El tránsito obligatorio y continuado por la caja de los senderos salva el supuesto deterioro del resto del territorio del PNT aunque se podría entender una posible afectación de senderos habilitados para sillas de ruedas, pero el argumentario ofrecido en los documentos cae por su propio peso ya que no todo el terreno de los senderos y del propio parque es roca, para lo cual si es inadecuado la punta de metal.
Otra cuestión que llama mucho la atención es la prohibición de entreno de carreras por montaña por senderos en grupos de más de 4 personas en el PNT con unas condiciones que vuelven a mostrar el desconocimiento de la práctica de esta modalidad deportiva, que no sea competitiva, no tener fin comercial, ¡es un entrenamiento!, y cuando se dice que se priorizara el senderismo no entendemos cual es la incompatibilidad y cuando se nos llegó a decir que se producían situaciones peligrosas nos asombramos ya que es cotidiano el respeto mutuo, la cesión de paso de unos a otros en todos los senderos de la isla donde nos cruzamos. Somos la federación de los que realizan senderismo y los que corren por los caminos y no vemos incompatibilidad de ningún tipo.
En cuanto a la escalada, aunque se habilitan algunas zonas respecto al primer borrador, se siguen cerrando otras en las que el uso es mínimo y solo por escaladores muy expertos que preparan allí sus expediciones de tipo alpino a lugares como Himalaya. Además, tampoco se nos muestran estudios que manifiesten los daños que se dice que estas prácticas producirían.
Sirva esto como una primera llamada de atención al colectivo montañero para que lean el actual borrador y manifiesten públicamente su seguro descontento con el mismo. Iremos publicitando distintos análisis más amplios de estos y otros aspectos para el conocimiento de la sociedad canaria.
Llamamos al gobierno canario a sentarse y dialogar sobre nuestra sostenible práctica deportiva y no quedarse en la mera obligada consulta a través de un texto que muestra el desconocimiento no solo sobre aspectos deportivos sino sobre nuestro papel como cuidadores del Medio Natural que es nuestra cancha deportiva a la que debemos nuestro cuidado y respeto.
Junta de Gobierno de la Federación Insular de Montañismo de Tenerife.
Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide (a partir de la página 6)
Hola. No entiendo cómo no se diferencia entre un turista y un montañero federado de Tenerife. En mis múltiples ascensos al Teide jamás vi a un montañero federado subir en cholas y camisilla
.
Los montañeros federados de Tenerife hemos sido olvidados y mezclados con todos los usuarios y visitantes.
He visto a muchos de los nuestros recoger basura en el Teide, taponar atajos y muchas otras más acciones en aras del correcto mantenimiento del PNT. No entiendo cómo
un Federado Tinerfeño no puede subir al Teide cuando quiera, siempre que las condiciones sean favorables. No entiendo que nadie le pueda decir a un federado tinerfeño el equipo que debe llevar para subir al Teide.
Estoy de acuerdo en indicar a esa web que voy a subir para información, estadísticas, etc. pero nunca para pedir permiso.
Saludos.
El nivel de un responsable político se mide por su capacidad para atender las sensibilidades de los ciudadanos que les hemos puesto donde están y pagamos sus sueldos, pero en casos como este de gestión de un medio natural en la montaña, sería imperdonable que no se escuchara y recogiera al pie de la letra los postulados de los que sobradamente conocemos este espacio y acudimos a él desde hace siglos, no solo como práctica deportiva, sino como comunión y admiración de la naturaleza de la montaña.