Hablar del jerezano David Munilla Fauró (1966), es hablar de uno de los mejores o quizás el mejor fotógrafo de montaña de España. Fotógrafo, periodista, escalador y viajero, David lleva más de treinta años de profesión e intenso trabajo retratando el mundo de la montaña, la naturaleza y los grandes viajes, lo que le ha convertido en fotógrafo de referencia en estos ámbitos. Multitud de artículos en publicaciones especializadas, numerosas portadas de revistas, premios en concursos de prestigio… Pero sobre todo David ha sabido desarrollar su propio estilo y crear imágenes que hacen soñar, volar, viajar…
David Munilla ha vivido un vida llena de experiencias, pero tiene la convicción de que "aún no he hecho la fotografía de mi vida". Reconoce que treinta años de profesión dan para mucho, sobre todo para aprender y para poder contar cosa.
Munilla vive en Jerez con su mujer Rosa y tres hijos, recuerda cómo aprendió fotografía con un mítica Voiglander con objetivo Zeiss de su padre y una ampliadora que se construyó de madera, y a la que le colocó un objetivo de proyector Súper 8.
De ese modo hizo sus primeros pinitos en el mundo de la fotografía:"era blanco y negro, lo que después me dio mucha visión". Munilla ganó varios concursos y se dio cuenta de que "tenía otro modo de mirar". Incluso llegó a realizar algunos cortos de cine amateur que encaminaron definitivamente su trayectoria hacia el mundo de la imagen.
Mientras estudiaba ciencias de la información en la Complutense de Madrid, se debatió entre la publicidad y el periodismo, y aunque trabajó como fotógrafo en varias compañas para diferentes agencias de publicidad, finalmente se decantó por el periodismo. Por varias razones, pero sobre todo lo tuvo claro "cuando fui a vender mi primer reportaje gráfico al dominical del ABC y lo primero que hicieron fue preguntarme por el texto".
Pronto llegaron algunas colaboraciones con periódicos de Madrid, mientras trabajaba en la revista Coche Actual. "En esos años hacía un poco de todo, pero tiré mucho de una especialización que en nuestro país estaba muy floja: la fotografía de deportes extremos" – muy relacionada con su afición a la escalada – algo que, desde luego, le aportó "un punto de vista diferente: si era capaz de hacer fotos colgado a 200 metros o volando en parapente, podía hacer cualquier cosa". A partir de entonces publicó reportajes en revistas internacionales y en España. Pero no dejó de hacer otro tipo de fotografía, y colaboró con revistas especializadas y de naturaleza del prestigio de Natura y grandes cabeceras como GEO o Viajar.
Después se dedicó a la enseñanza de Ciencias de la Comunicación Audiovisual y "aunque los alumnos decían que era buen profe -no suspendía demasiados- lo dejé para volcarme en mi nuevo proyecto que me ha llevado a viajar, fotografiando tribus, animales, ciudades, montañas y vivencias". Munilla asegura que "en casi todas las revistas en que he colaborado he podido contar las cosas que he visto, un privilegio que sigo teniendo". "Tengo 45 años", asegura, y "la convicción de que aún no he hecho la foto de mi vida".
Fuente:Jerezclass