El año del coronavirus ha limitado los viajes y casi erradicado la competición. A pesar de los confinamientos, Alex Megos, Laura Rogora, Angela Eiter y Julia Chanourdie han repetido los máximos grados de deportiva en roca y Oriane Bertone, en búlder.
No hay duda que 2020 estará marcado como siempre como el año del coronavirus Covid-19. Desde la perspectiva de la escalada, la pandemia ha restringido los viajes, ha eliminado prácticamente del calendario las competiciones y ha provocado confinamientos que han obligado a los deportistas a entrenar encerrados en casa durante semanas.
Deportiva: Segunda propuesta de 9c
Alex Megos ha sido el escalador que más ha destacado en la deportiva en roca este año. Suya fue la segunda propuesta mundial de 9c de la historia, con la primera ascensión de Bibliographie, realizadaen Céüse a principios del mes de agosto. El alemán también ha añadido a su libreta de 2020 el 9a (para él 8c+/9a) al flash de la clásica Undergroud¸ en Arco.
Otros dos escaladores han ido más allá del 9b este año. El italiano Stefano Ghisolfi, por un lado, lo hizo con la primera repetición de Change, el primer 9b+ de la historia, en Flatanger. Seb Bouin, por el otro, propuso 9b/+ para Beyond integral en el Pic St. Loup. El francés, además, tuvo su momento más mediático con la ansiada primera repetición de la mítica Akira de Fred Rouhling, para la que propuso una decotación de 9b a 9a.
Entre las escaladoras, el 9b parece haber alcanzado cierta consolidación durante este año. Tres años después de que Angela Eiter estrenara el grado en femenino, ha habido otros tres encadenamientos de 9b en 2020. Uno de ellos, protagonizado por la misma escaladora austriaca, con la primera ascensión de Madame Ching en la roca tirolesa.
La segunda mujer en llegar al 9b fue Laura Rogora, que ha protagonizado un año espectacular. Además de una buena dosis de encadenamientos de 9a, la italiana se subió a su primer 9a+ con Pure dreaming plus en su nuevo hogar de Arco en mayo; repitió Ali Hulk extension total sit start 9b en Rodellar en julio; y lo completó con la repetición de The bow 9a+ de nuevo en Arco en noviembre. Solamente Julia Chanourdie puede presumir de una libreta de nivel equiparable. La francesa también logró este año su primer 9a+ con Super crackinette en marzoy se elevó hasta el 9b en noviembre con la repetición de Eagle 4, ambas en St-Léger-du-Ventoux. Entre las chicas, también hubo un encadenamiento de los históricos, con la primera femenina de Action Directe en Frankenjura, el primer 9a, a cargo de Melissa Le Névé.
Antes de poner punto y final a la revisión del panorama internacional, una mención para Théo Blass, quien en junio se convirtió en el escalador más joven de la historia en encadenar 8c, al hacerse con Souvenirs du pic (Saint-Gilhem-Le-Désert) con tan solo diez años de edad.
En cuanto a la deportiva ‘made in Spain’, probablemente la realización más destacada haya sido el primer 7c para un invidente que logró Javier Aguilar con el encadenamiento de To su pu** madre a caballo en Los Cahorros. Es la máxima dificultad acreditada en todo el mundo para un escalador ciego.
En el terreno de la dificultad pura más extrema, de nuevo Jorge Díaz-Rullo y Jonatan Flor han compartido protagonismo. El madrileño ha hecho sus dos primeros 8c a vista con Pengim penjam en Sant Miquel del Fai y White zombie en Baltzola; ha llegado a escalar Kundalini 8c (8A+) sin cuerda; y se ha anotado vías tan duras como El bon combat 9b en la Cova de l’Ocell y la primera de Las Meninas R2 9a+/b en Rodellar. El alicantino hizo una rápida repetición de Las Meninas R2 9a+/b en Rodellar y terminó el año con La planta de Shiva 9b en Villanueva del Rosario. También al 9b ha llegado este año el aragonés Dani Fuertes, con la repetición de Ali Hulk extension total sit start en Rodellar.
Entre las escaladoras españolas, han brillado especialmente dos nuevos nombres. La quiceañera vallisoletana Iziar Martínez ‘Ichi’ realizó en julio el 8c más precoz de España con Florida en Rodellar, al que siguieron otras cuatro vías en el grado. En noviembre, la vizcaína Ainhize Belar todavía mejoró el récord, al anotarse Gezurren erresuma 8c con catorce años. Por ese mismo camino transita Geila Macià, que ha hecho este año el 8b más precoz del país con Vuelo a ciegas en Montserrat, a los doce años.
Búlder: Oriane Bertone se sube al 8C
La escalada en bloque de 2020 no ha vivido ningún paso adelante histórico. Las mejores actividades del año han servido para ir engrosando los encadenamientos duros e ir sumando nuevos nombres capaces de resolver grados altos. Probablemente, el encadenamiento único más destacado haya sido la primera ascensión femenina de Satan i helvete low 8C por parte de Oriane Bertone en Fontainebleau. La francesa se convierte en la cuarta escaladora del mundo capaz de tachar un búlder de dicha dificultad.
El 8B+ femenino ha tenido en las estadoundienses Alex Puccio, Brooke Raboutou e Isabelle Faus sus más fieles seguidoras durante este año. Las tres residen en Colorado y allí han llevado a cabo su cosecha de líneas de esta graduación. Algunas tan destacadas como las primeras absolutas de Super low chimichanga right de Puccio, Sinawav y The emasculator de Faus. También Marine Thevenet se subió al 8B+ este año con New base line en Magic Wood.
Entre los chicos, el máximo grado alcanzado en 2020 ha sido el 8C+, que empieza a contar con una buena legión de encadenadores. En realidad, sí se repitió una de las propuestas que había por encima, No kpote only de Fontainebleau, pero fue para que Nico Pelorson lo degradara a 8C en lugar del 8C+/9A anterior. En este contexto, Adam Ondra propuso un doblete de 8C+ en su país, con las primeras de Brutal rider y Ledoborec. Las otras novedades del año fueron The grand illusion de Nathaniel Coleman en Cottonwood Canyon, Harder better faster de Charles Albert en Fionnay, Superpowers deAidan Roberts en Ladstones y Big Z de Shawn Raboutou en Tahoe.
En España, el censo de líneas de 8C creció con las incorporaciones de El proyecto de tu vida en Hoyamoros por Nacho Sánchez y Juneru en Albarracín por Rubén Díaz. Además, Jorge Díaz-Rullo logró la tercera ascensión de Papá Oso en Torrelodones.
Fabian Buhl y Edu Marín, vía larga de dificultad
El Rätikon ha sido el lugar que más escalada de vías largas de alta dificultad ha concentrado este año. Encabezadas por Déjà (10 largos, 8c+), de la que Fabian Buhl realizó la primera ascensión en enero. Ya en verano, Cédric Lachat repitió la célebre WoGü (350 m, 8c), mientras Barbara Zangerl conseguía la primera repetición de Kampfzone (5 largos, 8b+)
En el Eiger también ha habido algunas escaladas de mérito, como la de la propia Barbara Zangerl y Jacopo Larcher de Odyssee (1.400 m, 8a+) en dieciséis horas, una vía que también repitieron Nico Favresse y Sebastian Berthe como guinda a un tour alpino muy particular. La mítica Nordwand también vio cómo Nils Favre y Symon Welfringer se anotaban Paciencia (900 m, 8a) otra de las más duras. Para terminar el repaso alpino, vale la pena fijarse en Alessandro Zeni y su Cani morti plus (200 m, 8c) en Dolomitas.
Las paredes españolas han vivido también un año muy interesante. Comenzando por Montserrat, donde Edu Marín completó su durísimo proyecto Arco iris (200 m, 8c+). Y siguiendo por Peña Santa de Castilla, donde los hermanos Pou y Kiko Cerdá abrieron Rayu (600 m, 8c). Orbayu (500 m, 8c) recibió una nueva repetición por parte de Siebe Vanhee y se liberaron dos vías a tener en cuenta: Piztu da piztia (8b/+, 200 m) en Peña Montañesa por Dani Fuertes y Bizi bizitza (310 m, 8b) en el Pico Oriental de la Cascada por Ekaitz Maiz.
Al otro lado del Atlántico y siguiendo su estilo de aventura único e intransferible, Sílvia Vidal abrio en solitario Sincronia màgica en el Cerro Chileno Grande (Patagonia chilena), tras una permanencia de 33 días en pared. Y en El Salto mexicano, Sam Tucker logró encadenar The Ibiza club weapon (7 largos 8c). Situados en la meca de Yosemite, donde este año ha habido menos actividad que nunca debido a la pandemia, Emily Harrington logró escalar El Capitan por Golden gate en libre y en el día, algo que también hizo días después Jordan Cannon.
En cuanto a la escalada clásica de máxima dificultad, James Pearson consiguió hacerse con la primera repetición de Tribe en Cadarese. Una vía de la que se habla como 9a trad aunque ni el británico ni Jacopo Larcher, los únicos que la han hecho, han terminado de precisar un grado.
James Pearson repite Tribe
Las otras grandes ascensiones de este estilo en 2020 han correspondido a escaladoras: Brittany Goris hizo la primera femenina de Stingray (8b de fisura), Emilie Pellerin se anotó La Zébrée 8b+ trad en Québec y Barbara Zangerl encadenó la histórica Greenspit.
Sospechosos habituales en dry, hielo y artifo
Los escaladores amantes de las herramientas pueden celebrar este año la primera propuesta de WI13, que realizaron Tim Emmett y Klemen Premrl con Mission to Mars en las Helmcken Falls. Aunque es probable que la línea de hielo más destacada se sitúe en otro lugar de Canadá, concretamente en Lake Margaret (Rocosas Canadienses), donde Sebastian Taborszki, Stas Beskin y Dylan Cunningham trazaron Katana (245 m, WI6+ X). En seco, el coreano Young-Hye Kwon consiguió encadenar Low G man D14 y Uragano dorato D15 a vista y en el día.
En lo que a la escalada artificial se refiere, David Palmada ‘Pelut’ y Ernesto Belenguer abrieron Black hole (475 m, A4) bajo tierra, mientras Genís Hernández reclamaba que el grado siga evolucionando tras su apertura de Selecció natural (330 m, A6/7a) en Roques de Benet.
Año olímpico casi sin competiciones
El año 2020 debía ser el del debut olímpico para la escalada de competición. En cambio, ha sido el que menos competiciones de escalada ha registrado en las últimas tres décadas, por culpa de la pandemia de coronavirus. Apenas hubo una prueba de Copa del Mundo y algunos campeonatos continentales que sirvieron para completar la lista de participantes de los Juegos Olímpicos de Tokyo, aplazados para el verano de 2021.
El descafeinado Campeonato de Europa, que se disputó en Moscú sin la participación de algunas de las principales potencias, coronó a Danyil Boldyrev y Ekaterina Barashchuk en velocidad, a Jernej Kruder y Viktoriia Meshkova en búlder y a Sascha Lehmann y de nuevo Viktoriia Meshkova en dificultad. La combinada y clasificación olímpica correspondió a los rusos Aleksei Rubtsov y Viktoriia Meshkova.
Como epílogo, valga que la escalada deportiva de competición ya se ha asegurado unos segundos Juegos Olímpicos en París 2024.