Consejos para “respirar el silencio”.
Caminar por la naturaleza nos permite mejorar la salud, desconectar de nuestras preocupaciones, estimular la creatividad y disfrutar del medio natural. ¿Te acompañamos en tus primeros pasos con nuestras sugerencias?
No conozco a nadie que tras haberlo probado por primera vez, no quiera repetirlo a menudo, quizá durante el resto de su vida. Hablo de pasear por la montaña, caminar, ver paisajes sin modificar por el hombre y “respirar el silencio”. Las siguientes “pinceladas” pueden resultarte de ayuda.
TUS PRIMEROS SENDEROS
Dar simplemente un paseo por el campo debería formar parte de nuestros objetivos iniciales. No hace falta planteárselo como que tienes que iniciarte con todas las de ley, prometiéndote convertirte en un buen senderista o montañero rápidamente (por cierto algo poco realista). Caminar por una zona de baja o media montaña, es decir a altitudes situadas entre los 0 y los 1.800 metros, no más de una hora- hora y media ida, con pocas cuestas y parando cada media hora para descansar representa un buen principio.
Hay mucha gente a la que le aburre andar por andar y para que resulte más agradable conviene buscar una motivación o “justificación” al recorrido: llegar a un bonito collado desde donde se divisen unas buenas vistas, conocer un refugio de montaña, visitar una cascada, disfrutar de un picnic con amigos en una bonita pradera, realizar una ruta que enlace solitarias fuentes… Pronto descubrirás qué te agrada más o qué tiene más sentido para ti, lo que necesariamente no tiene por qué coincidir con los gustos de la mayoría.
Las guías en papel de excursiones para niños constituyen una magnífica ayuda para que comiencen los adultos. Para no sentirte decepcionado, es mejor que las adquieras tras comprobar si su contenido se ajusta a tus necesidades o comparar su calidad en una librería física, de las de toda la vida. Normalmente cuestan de 15 a 25 euros e incluyen decenas de opciones de diferentes longitudes y desnivel, con una estimación horaria basada en una velocidad media razonable: 3-4 kilómetros por hora. Y un consejo adicional: no te inicies utilizando bastones desde el primer día, te volverás dependiente de ellos demasiado pronto (es preferible inicialmente mejorar nuestro equilibrio en montaña sin ellos) y pueden sobrecargarte muñecas, codos y hombros. En un año o dos y con recorridos que incluyan desniveles de más de 500 metros te resultarán útiles, sobre todo en los descensos.
SOBRE LA COMPAÑÍA
Si te cuesta encontrar compañeros/as para iniciarte en estas breves caminatas, puedes apuntarte a excursiones organizadas por empresas (es lo más rápido) o por clubs (te exigirán hacerte socio pero te resultará más económico y agradable a medio plazo). Salir con amigos/as a los que les guste también la naturaleza debería ser la primera opción, incluso antes que con la familia (pueden aparecer pequeños problemas o discusiones por tensiones domésticas anteriores a la actividad). No lleves a niños pequeños a un recorrido que no conozcas de antemano, pues pueden sufrir demasiado si el recorrido se muestra más exigente de lo previsto, ya sea por kilometraje, desnivel o dificultad del terreno.
Si caminas con tu perro, mantelo bajo control directo, para evitar molestias a desconocidos o al ganado que posiblemente te cruzarás en ciertos itinerarios. No le permitas andar suelto a una distancia de más de 10 metros o donde no exista contacto visual. En algunos espacios naturales protegidos es obligatorio llevarle atado o incluso está prohibido su entrada.
TÉCNICA BÁSICA
Teóricamente la mejor postura para ir por un sendero es erguido (no encorvado con la mochila), los hombros hacia atrás y ligeramente hacia abajo, el estómago nunca hacia afuera y la cabeza mirando al frente si el terreno resulta sencillo.
Si nuestro braceo es natural, tanto caminando sin bastones como con ellos, y oscila verticalmente sin cruzarse ante nuestro pecho, nos resultará más fácil caminar que con los brazos en los bolsillos de la chaqueta (peligroso pero habitual en individuos con frío en las manos o inexpertos). La longitud de nuestro paso debe ser superior a los 50 centímetros, lo que equivale a decir que en zonas fáciles tiene que haber más de 20 centímetros de distancia entre la puntera de un pie y el talón del otro. En general los hombres de estatura media, alrededor de 1,75 m en la Unión Europea, suelen avanzar 5-10 centímetros más por cada paso que dan la mujeres, que miden 1,64 m de media (1,63 en España). Pasos muy cortos, brazos caídos, piernas poco flexionadas o pisar con más fuerza sobre una pierna que sobre la otra pueden indicar problemas de salud o una manera de caminar descuidada, que en el caso de la montaña nos sobrefatigará mucho más que en ciudad.