por FIMT | Jul 24, 2020 | Alpinismo, Escalada
Catherine Destivelle recibirá el Piolet de Oro por su trayectoría alpinística. Será la primera mujer que reciba este galardón, el más importante del mundo del alpinismo, que antes que ella han recibido once alpinistas. Un premio que Walter Bonatti fue el primero en recibir, seguido por Reinhold Messner.

El Piolet de Oro a la carrera alpinística premia la vida de los grandes personajes de nuestro deporte. El primero en recibirlo fue Walter Bonatti (2009), luego lo recibirían Reinhold Messner (2010), Doug Scott (2011), Robert Paragot (2012), Kurt Diemberger (2013), John Roskelley (2014), Chris Bonington (2015), Voytek Kurtyka (2016), Jeff Lowe (2017), Andrej Stremfelj (2018) y Krzysztof Wielicki (2019). Catherine Destivelle es la primera mujer que recibe este galardón.
En el texto que publicamos a continuación, el alpinista y escritor francés Claude Gardien repasa la trayectoria de esta gran mujer, que ha vivido intensamente el alpinismo y la escalada, siguiendo un estilo muy personal. Además de afrontar grandes retos ha compartido sus experiencias a través de películas, libros y fotografías, que han servido de motivación e inspiración a generaciones de alpinistas y escaladores.
Catherine Destivelle: alpinista, escaladora, editora, escritora, protagonista de películas y fotografías de montaña y escalada.
Catherine Destivelle comenzó a hacerse un nombre en el mundo de la escalada durante la década de 1980, un momento en que la escalada deportiva estaba explotando en popularidad y la dificultad que realizaban los escaladores aumentaban rápidamente. Los medios centraron su atención en Catherine dentro de esta nueva disciplina, ignorando el hecho de que había sido alpinista desde muy joven.
Poco después de descubrir la escalada en Fontainebleau, a la edad de 12 años, estaba abordando grandes rutas en el macizo del Mont Blanc. Sin embargo, a mediados de la década de los ochenta, comenzó a participar en competiciones de escalada deportiva y su éxito en estas, y el hecho de que fuera la primera mujer en encadenar 8a, la convirtió en una estrella de la escalada en roca. Pocas personas sabían que cuando era adolescente había escalado algunas de las rutas más grandes de los Alpes.
En 1990, la estrella de la roca regresó a la montaña con una impresionante escalada en solitario del Pilar Bonatti en el Petit Dru. Esta ascensión hizo que se la reconociera como alpinista. Luego abrió una nueva ruta en la cara oeste del Petit Dru que le llevaría 11 días, antes de completar su trilogía de invierno en solitario: la cara norte del Eiger en 1992, el Espolón Walker en la cara norte de las Grandes Jorasses en 1993, y la Bonatti en la norte del Cervino (Matterhorn) en 1994. Esta última ruta todavía rara vez se escala hoy. Era su segunda gran ruta Bonatti y la primera vez que una mujer había escalado a un nivel tan alto en los Alpes.
Sin embargo, Catherine no solo quiere ser reconocida como una gran escaladora y alpinista, desea que al valorar sus actividades se haga independientemente del hecho de ser mujer. ¿Cuántas personas pueden afirmar que tienen esta filosofía? Catherine mostró que las mujeres podían escalar tan fuerte como los hombres.
Catherine también se lanzó al mundo del alpinismo técnico a gran altitud. En el Himalaya y Karakorum, hizo la segunda ascensión en libre de la ruta eslovena en la Torre Trango, escaló la cara suroeste a la cumbre del Shisha Pangma, e intentó la cara sur de Annapurna, el pilar oeste del Makalu y la arista norte de Latok I. También dos primeras ascensiones en la Antártida (Sentinel Range). Y escaló en Estados Unidos y en las torres rocosas del desierto de Malí y el Sinaí.
Catherine inevitablemente atrajo la atención de los fotógrafos de montaña y los cineastas. En 2007, protagonizó «Au-delà des cimes» dirigida por Rémy Tézier, una película que muestra la belleza del alpinismo. En ella escala Voyage selon Gulliver, una difícil ruta de roca en el Grand Capucin. Sin embargo, el objetivo principal de la película es mostrar la belleza del movimiento, el placer de compartir la cima del Grépon con su hermana y el ascenso del Aiguille Verte con sus amigos.
El título de la película se traduce como «más allá de las cumbres» y expresa la idea de que el valor del alpinismo va más allá de la dificultad de una ascensión. La inmersión en el paisaje de montaña y el vínculo de amistad entre los compañeros de escalada proporcionan recuerdos que duran mucho más que escalar una ruta muy difícil o realizarla en un tiempo rápido.
Después de escribir una encantadora autobiografía (Ascensiones), no fue una sorpresa cuando Catherine creó su propia editorial, Les Éditions du Mont Blanc. En ella, publica textos sobresalientes de escritores poco conocidos, y rápidamente se ha ganado una reputación por su buen juicio editorial y la calidad de sus ediciones. Al igual que con la escalada, ha dejado su huella en el mundo editorial. Su credo siempre ha sido seguir avanzando, sin preocuparse por su condición de alpinista o editora.
Fuente: Revista Desnivel
por FIMT | Jul 22, 2020 | Escalada
Los niños son una fuente inagotable de energía que necesita ser bien canalizada. Por eso creemos que la escalada aporta los retos, conocimientos, sensaciones y refuerzos positivos necesarios para el desarrollo del menor. Una actividad sana y saludable considerada por muchos primordial dentro de las actividad de ocio útil.

El verano es posiblemente la estación más recomendable para la práctica de los distintos deportes de montaña con niños. Mucho tiempo libre, buen tiempo para su práctica y días más largos. Una combinación que se antoja casi perfecta.
Sin embargo, para practicar cualquier disciplina con niños, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que debemos adaptar la actividad a la edad de los participantes (infantiles, adolescentes, si hacen mucho deporte, etc.), respetando sus distintas etapas de crecimiento y sin forzar, ni cargarles con demasiado peso en las marchas. ¡Ojo!, debemos llevar ropa acorde a la actividad que van a realizar teniendo en cuenta que en montaña puede haber un cambio repentino del tiempo. Es también muy importante vigilar que se hidraten correctamente y coman bien. Otro punto a tener en cuenta es que debemos intentar hacerles participes de la actividad que están realizando, y al mismo tiempo responsables de los distintos peligros a los que se pueden enfrentar de manera que los entiendan. Deben conocer cual es el material que necesitan según la actividad, así como ser capaces de prepararlo ellos mismos, aunque siempre bajo supervisión. Antes de comenzar cualquier actividad hay que enseñarles las distintas normas y cuidados por las que se deben regir en la montaña: protegerse del sol, ir bien equipado, no molestar a la gente con la que nos crucemos, etc.
No hay que olvidar que cualquier actividad en la montaña requiere de la supervisión de un adulto que se desenvuelva bien y que trasmita los conocimientos oportunos a los futuros montañeros, de manera que tomen conciencia de lo que hacen y por qué lo hacen. Tal vez los niños más pequeños no lo entiendan, pero si te lo ven hacer a ti, ellos también lo harán. De manera que también tendremos que tratar de evitar hacer cosas que para ellos sean peligrosas, ya que seguramente querrán imitarnos.
Dentro de los distintos deportes que se practican en la montaña, la escalada es una de las actividades más apropiadas para el desarrollo de los niños. Además, si hace mal tiempo, ésta también se puede practicar en los rocódromos.
Para iniciar a un niño en esta actividad lo mejor es practicarlo con más niños, ya que verá que es una actividad divertida, y aprenderá mucho mas fijándose en los demás. Además, el simple hecho de rodearse de más chavales con sus mismas inquietudes ya es positivo. Les explicaremos el material que necesitan repetidas veces y en distintas ocasiones para que se lo vayan aprendiendo. Haremos lo mismo con el uso del mismo. Con los más pequeños nos limitaremos a que escalen, aprendan, se diviertan y vayan superando sus pequeños retos. Con los mayores podremos ir haciéndoles partícipes del manejo del material, que se aseguren unos a otros bajo supervisión y que poco a poco hagan las cosas de manera más autónoma. En esta etapa de la vida es muy importante que aprendan a superar retos y que vean de qué son capaces, así como que aprendan las reglas y se motiven con cada mejoría.
Escalar con los más pequeños
Cuando escalemos con los más pequeños necesitaremos un material de menor tamaño adaptado a ellos: un arnés integral para que no se puedan colar en caso de darse la vuelta, un casco de tamaño pequeño para que no se les caiga ni se estrangulen con el cierre, etc. Su cráneo está en pleno crecimiento y todavía es muy blando, por lo que tendremos que protegerlo bien. También necesitará unos pies de gato, aunque si está empezando puede utilizar de momento unas zapatillas blandas y de suela lisa.
Antes de escalar una vía conviene que suban algunas piedras (bloques) a modo de juego y aprendizaje, así podrán conocer mejor sus posibilidades y cómo enfrentarse a ellas. Si ven que pueden, lo harán.
La escalada con niños tiene que ser siempre en polea (top-rope, yo-yo, con la cuerda por el descuelgue) y mantenerla siempre tensa, sobre todo al principio de la escalada debido al dinamismo de la cuerda (podría llegar a tocar el suelo por la elasticidad de la misma). En caso necesario también podremos echar una mano en los pasos más difíciles. La primera vez que escalen una vía conviene que se bajen desde distintos puntos durante su progresión para ir superando el miedo a la altura y explicarles de manera más cómoda cómo tiene que colocarse para bajar de una vía (no queremos que se golpeen con la pared).
Debemos intentar buscar maneras divertidas de escalar, que se relacionen con niños que ya escalen para que ellos también se motiven y que vean la actividad como algo divertido. Si por el contrario no les apetece, no conviene obligarles. Es preferible que sean ellos lo que lo pidan, aunque sería interesante que lo vean y estén por los alrededores para que les pique el gusanillo. No queremos dejarles el recuerdo de un mal día y que luego lo aborrezcan.También podemos subir por una vía fácil con ellos para que vayan tomando contacto y tomen sus propias conclusiones.
A medida que crezcan tienen que empezar a aprender las técnicas básicas de la escalada como los movimientos de los pies, escalar en X, adherencia, fisuras, secuencias dinámicas, etc. Tener en cuenta la táctica en función de la vía, el ritmo de la vía, planificar los movimientos, descansar sin manos en los reposos que vea, etc. Asimilar la capacidad de diferenciación, de orientación, de equilibrio, de reacción y de ritmo.
Durante la escalada es necesario, no solo que suban hacia arriba, sino que también bajen. Es decir, que destrepen asegurados, experimenten que son capaces y conozcan mejor su cuerpo y funcionamiento. Esta es una técnica muy enriquecedora dentro de la escalada.
Cuando se practica cualquier actividad se tienen que ir aprendiendo las costumbres buenas y necesarias, tales como calentar primero, respetar los tiempos de descanso durante la actividad y estirar al terminar. Todos ellos hábitos que cuando sean mayores agradecerán.
Con los adolescentes tendremos que desarrollar nuevos retos, así como una mayor continuidad en su práctica y manejo. Tendrán que aprender las distintas emociones, situaciones límites, momentos de miedo y gran presión, convivir y superarlos. Es importante disponer de opciones de actuación alternativa para superar situaciones de emergencia y aplicar distintas soluciones. Al escalar también es importante conocer las distintas reglas sociales para sus relaciones con los compañeros, formar parte de una comunidad de aprendizaje y experimentar la necesidad de trabajar en común.
El Rápel
Además de escalar es necesario conocer otras técnicas necesarias para la escalada, lo que le supondrá nuevos retos y un mayor aprendizaje. Una de estas técnicas es la del rápel, necesaria para bajarse de un sitio. Lo primero será conocer los distintos aparatos de descenso que pueden utilizar, los que frenan de manera automática y los que no, a los cuales les tendremos que colocar un sistema de freno (sistema de frenado mediante un cordino corto y nudo autobloqueante “Prusik”). Una vez aprendida las maniobras tendrá que experimentar a bajarse desde distintas alturas, rápeles volados donde no entren en contacto sus pies, etc.
Escalada en el medio natural
Cuando salgan a escalar por primera vez debemos hacer una visita previa a la zona donde van a escalar para que sepan cómo llegar, reconozcan las distintas líneas de las vías de escalada de un sector y cuáles creen que son más fáciles o más difíciles a simple vista. Intentaremos que aprendan a convivir con los distintos participantes de la actividad y las reglas del lugar en que se encuentran, así como no ponerse debajo de las vías sin casco por si se cae algo y no mezclar el material con el de otros grupos. Es bueno que se empiecen a manejar con la guía de escalada y que reconozcan las vías que han escalado e incluso que se apunten sus propias conclusiones (si les ha gustado, como les ha parecido, etc).
Elegiremos en un principio vías muy fáciles e iremos aumentando la dificultad progresivamente para que desde el primer momento escalen, y poco a poco vayan conociendo sus límites sin que sea desde el principio una frustración para ellos. A la hora de escalar los pondremos con niveles y edades parecidas, para que puedan desarrollar sus habilidades acorde con su nivel sin dejar de aprender. Si van a escalar de primero y no están muy acostumbrados, sería recomendable que repitan una vía varias veces y la balicen con soltura, practiquen el chaparse y se les explique cómo hacer el descuelgue. Una vez practicado todas las maniobras y la vía se pondrán a escalar de primero siempre bajo supervisión, por lo que es recomendable que se pueda escalar por otra vía paralela para ir viendo el desarrollo de la misma y vigilar que todo trascurre correctamente. Una vez superado esto repetidas veces podrán comenzar a escalar de manera más autónoma progresivamente.
Los juegos de escalada son una manera de aprender mientras se divierten y relacionan con los demás, se proponen retos en conjunto y los resuelven. Gracias al gran estímulo que producen los mismos, los podemos emplear para calentar en una sesión de escalada o como refuerzo final al trabajo realizado. Estos son muy prácticos en rocódromos o salas de búlder:
Pasar objetos con las manos; aguantar en una postura difícil mientras pasan los distintos objetos dentro de un grupo.
Dictado; un compañero le irá diciendo las distintas presas que tiene que ir cogiendo el escalador de manera continuada. Resolución de problemas sobre la marcha.
3+3; consiste en ir poniendo movimientos de tres en tres alternativamente entre los escaladores e ir resolviendo a medida que se progresa. En caso de fallo habrá un ganador y tendrán que empezar de nuevo. Será un continuo reto.
Pilla-pilla escalando; mejorarán la rapidez y reflejos, la capacidad de reacción y visión periférica, y planificarán los movimientos de manera rápida.
Escalar atado a un compañero; ataremos a dos escaladores por los pies (izquierdo de uno y derecho del otro) y tendrán que progresar por un itinerario de manera conjunta, teniendo siempre en cuenta al compañero para coordinar con él los movimientos.
Dibujar o realizar un problema matemático en una pizarra en la pared; tendrán que aguantar durante un rato colgados, buscando una posición cómoda con la que poder escribir. Bueno para la resistencia y el equilibrio.
Otras cosas que deben aprender es a colocarse el material, encordarse con el ocho doble y que les quede bien peinado, con el margen de cuerda de seguridad o rematarlo. Asegurarse unos a otros con un aparato de bloqueo automático y tomar conciencia de la responsabilidad que conlleva también es fundamental. Deben asumir que siempre tienen que llevar el casco mientras escalen y cuidar de que no se caiga ni se pierda el material de escalada. Es importante que desde el principio recojan el material, sepan como guardar una cuerda para transportarla y cómo colocarla antes de escalar. Deben acostumbrarse a crear conductas de supervisión de las maniobras entre ellos y a avisar siempre a un adulto antes de comenzar, para ver si todo está correcto. Conviene que aprendan y experimenten otras técnicas necesarias para la escalada.
Fuente: ElDiario.es
por FIMT | Jun 19, 2020 | Alpinismo, Escalada
La masificación de la montaña se está convirtiendo en un problema de dimensiones desconocidas en los últimos años.

A las siete y cincuenta de la mañana había una treintena de alpinistas frente de las puertas del teleférico. Nos mirábamos de reojo saludando amablemente los rostros conocidos y maldiciendo entre dientes, pues cada cordada tenía el aspecto de ir a la misma ruta. La masificación de la montaña se está convirtiendo en un problema de dimensiones desconocidas en los últimos años. Desde los extremos de la ruta normal del Mont Blanc y los intentos de regulación por parte de las autoridades hasta las colas de cincuenta personas que se llegan a producir en rutas cercanas a los remontes mecánicos como la arista de Cósmicos en la Aguja de Midi, la muchedumbre marcha hacia las cumbres.
Íbamos a escalar una ruta llamada Más allá del bien y del mal ascendida por primera vez en 1992 por dos alpinistas que imaginaron el futuro de la escalada alpina: el artista británico afincado en Chamonix, Andy Parkin, y el americano Mark Twight. Su ascensión vaticinó lo que iba a ocurrir veinte años después: la imposición del mixto como una disciplina dentro del repertorio alpino, la normalización de la escalada sobre roca con crampones y piolets y la escasez de hielo debido al cambio climático.
«Más allá del bien y del mal» fue una obra publicada por el filósofo Friedrich Nietszche en la que describe el mundo como una ilusión en la que los hombres viven prisioneros de códigos morales que determinan su comportamiento y que nada tienen que ver con la realidad de cada ser humano. Nietszche, que ya había acabado con Dios, acaba en este libro con la universalidad de la moral e introduce una moral individual y personalista que de alguna manera ha marcado el destino de la modernidad.
«Sin darnos cuenta hemos pasado de ser alpinistas a ser consumidores.»
Parkin, el promotor de la ruta, expresó una conciencia propia y novedosa de las reglas del juego alpino. Escalar los efímeros trazos de hielo que se pegaban en los muros verticales de las paredes del macizo del Mont Blanc se había convertido en una cuestión estacional donde la técnica era superada por el oportunismo y la creatividad. No en vano Andy Parkin era ya un pintor y escultor de gran talento cuando imaginó estas ascensiones. Más allá del bien y del mal se convirtió rápidamente en la escalada de dificultad de referencia, dotada de una aureola mítica que devolvió un poco de poesía al alpinismo mecanicista desarrollado en los años ochenta.
Yo había realizado una de las primeras ascensiones de esta vía en 1997 con mi mentor Jose Luis Zuluaga “Zulu”, uno de los primeros guías de montaña españoles en asentarse en Chamonix. Yo tenía veintidós años y había llegado con la intención de completar mi currículum para ser guía de montaña y desarrollarme en el terreno glaciar. Zulu era un alpinista experimentado, entrado en la cuarentena, y entendió rápidamente que había que dirigir mi entusiasmo y calmar mi obsesión. Juntos escalamos durante ese invierno algunas rutas señeras de esa nueva manera de entender el alpinismo, buscando las dificultades técnicas y el placer estético y no necesariamente alcanzando la cumbre. Durante los años ochenta el deporte suplantó a la épica y en los noventa fue la estética la que desplazó a las ascensiones en cadena.
Al salir del teleférico los primeros rayos de sol iluminaban la cumbre de la Aguja de Midi. La traza, que desde la estación intermedia arran-
caba hacia la Aguja de Les Pèlerins, estaba tan claramente marcada en la nieve que parecía una carretera. La proliferación de medios de comunicación donde compartir las condiciones de las rutas es uno de los factores principales de la masificación. Cuando una ruta es escalada en buenas condiciones y su ascensión se publica en las redes sociales o en un grupo de Whatsapp la multitud está asegurada. Una cordada se preparaba al inicio del carril y otra avanzaba rápidamente deslizando sus esquís sobre la superficie helada. Ayer, le recordé a mi compañero, hubo cinco cordadas. Ponte el dorsal y confiemos en que esos tipos escalen tan rápido como esquían, le dije bromeando. El hielo es efímero, un signo de pretéritos tiempos glaciares. El hielo es tan residual que se ha convertido en un objeto de consumo, como el oro o el petróleo. Sin darnos cuenta hemos pasado de ser alpinistas a ser consumidores. Lo atestiguan las colas en la base de las vías como en el lanzamiento de un nuevo modelo de I-phone.
Fuente: Revista Oxígeno (escucha el Podcast con la entrevista a Alpinista Lina Quesada)
por FIMT | Jun 15, 2020 | Escalada, Noticias
La joven campeona del mundo de boulder en categoría juvenil Youth A ha sufrido una caída fatal en el macizo de la Chartreuse, cerca de Grenoble (Francia).

Trágica noticia para el mundo de la escalada. Luce Douady, que nada más flexibilizarse el confinamiento había logrado su primera vía de 8b+, ha sufrido una caída de 100 metros cuando realizaba una aproximación al sector de escalada Saint Pancrasse, en el macizo de la Chartrause, en su país natal. Así lo acaban de publicar los medios franceses.
Al parecer, Douady realizó la salida con un grupo de amigos por esta zona cercana a Grenoble. Cuando realizaba la aproximación a este muro, que tiene lugar por un camino muy expuesto, resbaló y no sobrevivió a la caída. La comunidad de la escalada, conmovida por el accidente, ya ha mostrado sus primeras muestras de apoyo a familia y amigos:
«Luce era una joven brillante con mucho talento. Nuestros pensamientos y pregarias están con ella y su familia en estos momentos tan difíciles»
Cabe recordar que la joven francesa, de 16 años, era una de las más prometedoras a nivel internacional. No en vano, en agosto del año pasado se impuso en Arco (Italia) en el campeonato del mundo de boulder en categoría juvenil Youth A; y en octubre había logrado el bronce en dificultad en el Campeonato del Mundo Juvenil de Edimburgo (Reino Unido).
Unos meses antes, además, había hecho su debut en la Copa del Mundo de Boulder 2019, en la que ya se estaba peleando con las mejores y se había llevado un 5º en la prueva de Vail (Colorado, Estados Unidos) con tan solo 15 años.
Era, sin duda, un nombre en el que fijarse de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024, en la que será la segunda participación de la escalada en unas olimpiadas. Pero no podrá ser. Descansa En Paz, Luce.
Fuente: As.com (ver más…)
por FIMT | May 7, 2020 | Escalada

ANTONIO RAMOS VILLAR
El extraordinario artículo de Javier Martín Carbajal, que pueden leer a continuación, nos muestra el amplio historial de Antonio Ramos Villar y sus valores como deportista, avalados además por su pertenencia al GAME (GRUPO DE ALTA MONTAÑA ESPAÑOL).
Javier además, nos indica paso a paso su espectacular trayectoria, como a principio de los años setenta, desde la Peña Orotava del Grupo Montañero de Tenerife, va creciendo como deportista hasta la actualidad.
Desde la Federación Insular Tinerfeña de Montañismo se le brindó en la pasada Ssemana de la Montaña, un merecido homenaje a su trayectoria; un público unánime en pie, le rindió un amplio y emotivo aplauso.
Villar además, como se puede leer en en el comentado artículo, cogió el testigo de Tejedor primero y Alom a su llegada. Con su fuerza, impulsó y organizó las primeras expediciones canarias al Atlas (1980) y Los Andes (1982, 1986) e Himalaya (1987); posteriormente, la vía española al Everest, que además fue el director técnico de una expedición plagada de extarordinarios montañeros de diferentes autonomías.
Lamentablemente, un accidente el pasado año dio un pequeño parón a su actividad deportiva, del que se recupera poco a poco… pero, cualquier día lo veremos otra vez en las paredes de roca, que es realmente su “hábitat natural”.
Luis Villegas
Federación Insular Tinerfeña de Montañismo
Texto en Facebook de Javier Martín-Carbajal

Imágenes de Antonio Ramos Villar en diferentes expediciones
Texto de: Javier Martín-Carbajal en Facebook el pasado 6 de abril ·
Hace poco leí en el perfil de facebook de los hermanos Pou una frase que me hizo pensar “De todas las modalidades de la montaña, el alpinismo técnico probablemente sea la más completa”. Y pensé en el más completo, inspirador y puro alpinista que tenemos en las islas Canarias, desconocido para muchos; su principal actividad la realizó cuando no existía internet, cuando la actividad de los mejores sólo quedaba reflejada en las revistas especializadas de montaña, fuera del alcance del gran público y sin los medios de hoy en día. Antonio Ramos Villar (La Orotava, 1956), montañero, escalador, esquiador, alpinista, único e irrepetible. Profesor de Montañismo, Escalada en Roca y Alpinismo de la E.E.A.M. (Escuela Española de Alta Montaña) miembro del G.A.M.E. (Grupo de Alta Montaña Español). No dudo que sea el más grande y el que más compromiso ha mostrado en sus expediciones, con la dificultad técnica y el estilo como principal objetivo, hollara cumbre o no. No voy a escribir sobre la incontable cantidad de rutas emblemáticas que ha abierto en los roques y paredes más representativos de nuestra isla, haría falta un tomo entero para describirlas. En sus primeras salidas fuera de las islas combina las paredes y montañas españolas más representativas, la primera canaria a la “Oeste” del Naranjo, Galayos, Pedriza, Levante, Tarradets, Pedraforca, Montserrat, Riglos, el Tozal del Mallo, la Torre de Marboré, Vignemale, Posets, Perdido, Aneto… , con salidas a los Alpes con su compañero Miguel Díez escalando el Mont Blanc, la “Contamine” al Tacul, el “Frendo” al Midi, la norte del Argentiere, la “Hörnli” al Cervino, siendo el primer canario en hacerlo. En 1980, también junto a Miguel, tachó del mapa los principales cuatromiles del macizo del Toubkal. En 1983 asciende, junto a sus compañeros del Grupo Montañero de Tenerife, el monte Kenya 5.188 m y abre la primera vía por Canarios fuera de las islas, la vía “Atlántida” a la punta Batian 5.199 m. En los Andes se queda muy cerca de la cumbre del Alpamayo 5.947 m y del Huascaran 6.768 m. En el Yerupaja 6.634 m intenta, junto con Miguel, una nueva ruta, abandonando a 6.100 m. En el Ranrapalca 6.162 m desisten también muy cerca de los seis mil metros. Por el contrario, hace cumbre en la Gorra de Hielo 5.700 m, en el Illimani 6.480 m y trazan la segunda vía fuera de las islas, bautizada “Canarias”, en la cara este del Illampu 6.372 m. En los Alpes, disfrutó un verano mágico en 1985 junto a Javi Bolaños (de Ofra) y Fernando Ruíz: escalan la “Inglesa” a la Blaitiere, la “Bonatti” al Capucin, la “Vaucher” al Peigne, la “Walker” a las Grandes Jorasses, la “Contamine” a las Petit Jorasses, la “Directa Americana” al Dru… vías emblemáticas del alpinismo, poco o nada repetida por alpinistas Canarios. Forma parte de la expedición española que intenta trazar una nueva ruta al Everest, no llegan a la cumbre y en el diario de la expedición, Villar escribe: “Fraga (Luís) y yo llegamos el 28 de agosto a 8.000 metros. Nunca habíamos estado a esa altura, pero no estábamos cansados (sin cuerdas fijas, ni oxigeno artificial). Los 8.000 metros son un mito. Pero nada más montar el campo IV comenzó a nevar (sin las previsiones meteorológicas de hoy en día); un cambio de tiempo que nos impidió salir el día siguiente a la cumbre. Hubo que bajar. Tuvimos mucha suerte de no ser arrastrados por los cuatro aludes que nos cayeron durante la nevada”. Lo volvieron a intentar. La montaña no les dejó, pero volvieron con sensación de éxito. Recuerdo a Villar en la Cañada del Capricho -flaco, flaco, flaco- a su regreso de esta expedición, tras dos meses de campo base, con las comunicaciones de aquellos años, ¡qué lejos de la masificada “Normal” de hoy en día! Al año siguiente, con César Acosta (de Ofra también), viaja a Patagonia. El Fitz Roy no se deja vencer, pero consiguen escalar la aguja Poincenot. Después vendría otro viaje a las montañas del Himalaya, a Kirguistán, a Alaska y otro y otro… . Su última cumbre hace poco, el “Balaitus” 3.144 m por la brecha Latour y pese a ser “en los modestos Pirineos” lo hizo con un grupo de compañeros del G.M.T. con el significado especial de compartirla con su amigo Alberto Alóm, su referencia cuando empezó a escalar a principios de los 70.