por FIMT | Abr 26, 2020 | Alpinismo, Noticias
PATROCINADA DEL EQUIPO TERNUA
A catalana Miriam Marco, alpinista, guía de montaña y miembro del equipo de patrocinados de Ternua, se ha convertido en la primera mujer con titulación oficial de guía de alta montaña UIAGM en España, tras formarse durante cinco años para obtenersu TD3 y superar incluso un grave accidente. De los 147 guías que había en España hasta ahora, todos eran hombres.
Para Ternua, “Miriam representa los valores de Ternua de pasión por la montaña, deporte, esfuerzo, aventura y respeto por la naturaleza y estamos muy felices por su logro”. Con su colaboración han desarrollado la colección de ropa técnica de alpinismo Protech Series, que incluye una línea específica de mujer, diseñando prendas especialmente pensadas para adaptarse al cuerpo femenino y probadas
en Pirineos por la propia Miriam.
Fuente: Revista Desnivel – Abril / Mayo 2020
por FIMT | Mar 19, 2020 | Alpinismo, Montaña, Noticias generales
Los escaladores Jaume Peiró y Álex González reflexionan sobre la aventura y el cambio climático, contando con los testimonios de Alex Txikon, los hermanos Pou o Cecilia Buil.

Las temperaturas bajan y los días cada vez son más cortos. Ello anuncia la llegada del invierno en el hemisferio norte…. o eso creíamos.
El 21 de diciembre cambiamos de estación, dejando atrás el otoño para recibir con ansias la bajada de temperaturas que iba a hacer posibles nuestras actividades invernales. A escasos días de que termine este invierno 2019-2020, podríamos decir, con total seguridad, que ha sido una temporada muy mala para todos los que buscamos saciar nuestra sed de aventura en la nieve y el hielo.
Enero de 2020 ha sido el más cálido desde 1880.
El cambio climático cada vez está más presente. Los inviernos se van acortando y las temperaturas suben sin control. Enero de 2020 ha sido el más cálido desde 1880, quizá algo con lo que tendrá que ver el ser humano. Incendios sin precedentes, ciclones devastadores, disminución continua del hielo marino y continental… son hechos constatados que deberían hacernos ver la realidad de la situación en la que nos encontramos. Igual que para contener la expansión del coronavirus, también depende de todos nosotros que la temperatura mundial vaya o no en aumento.
En los Alpes, por ejemplo, la superficie glaciar se ha reducido entre un 30-40% desde 1850. La Mer du Glace, el mítico glaciar de las laderas del Mont Blanc, pierde entre 3 y 4 metros de espesor cada año. En el Himalaya, corre el agua por donde debería haber hielo. El nivel de los mares sube sin descanso por el deshielo de los casquetes polares…
Todos estos datos contrastados con estadísticas y estudios internacionales justifican las malas condiciones que nos hemos encontrado a la hora de llevar a cabo actividades invernales de escalada y alpinismo en la montaña este año.
La temporada no empezó mal. A finales de noviembre calentábamos motores en la norte del Almanzor, en Gredos, siendo la primera repetición de la temporada. También hemos buscando hielo que pinchar en distintas partes de España (Benasque, Bielsa…) y de Europa [Les Ecrins (Alpes Marítimos), Cogne (Alpes italianos), Chamonix…] , esperando que hubiera muchas cascadas formadas. Pero nos encontramos con todo lo contrario. Es más, solo pudimos escalar cascadas en Cogne (Italia) y en la mayoría de ellas no pudimos llegar hasta el final, debido a la mala calidad del hielo existente o, directamente, a que no lo había, así como a la sobrepoblación de escaladores, dado que solo había formadas unas pocas líneas.
Sin embargo, no podemos decir mucho sobre si es algo novedoso o se viene produciendo habitualmente, por lo que hemos optado por racabar el testimonio y la opinión de varios montañeros expertos para saber si estamos ante un ejemplo más de lo que puede estar suponiendo el cambio climático en función de su experiencia de otras temporadas:
“Ha sido un año inusual. No ha sido un invierno especialmente duro, incluso todo lo contrario: muy poca precipitación. Cuando ha nevado ha sido fuerte, pero esto ha ocurrido en muy pocas ocasiones durante la temporada. Que recordemos nosotros, para hielo de fusión ha sido de las peores, pero bueno, es cierto que las caras norte han estado en bastantes buenas condiciones, diría incluso que mejor que en otros años por esto mismo, es decir, gracias a que ha precipitado poco, y ha habido mucho anticiclón, lo que nos ha permitido disfrutar de ellas en buenas condiciones.
Nosotros hemos aprovechado esta circunstancia para hacer actividad este invierno en Pirineos. Pero lo que ha llegado a nuestros oídos es que las condiciones han sido generalmente malas en casi todos los sitios. Probablemente el cambio climático este famoso tenga algo que ver en todo ello.
Diríamos que desde que tenemos uso de razón, en general hace mucho menos frío; nieva bastante menos y los inviernos cada vez son más cortos.”
“La temporada la he visto desastrosa. Yo ni recuerdo ni había visto una temporada así nunca, la verdad. Para el hielo ha sido terrible pero de cara al alpinismo hemos encontrado condiciones excepcionales en lugares puntuales, típicas de la primavera y se han podido hacer cosas que en un invierno normal hubieran sido muy complicadas.
Precisamente por esas condiciones de poca precipitación de nieve durante dos meses y que ha hecho mucho calor, en Pirineos, actividades que se hacían normalmente en abril o a finales de marzo, se están haciendo en enero y en febrero. En Alpes ha sido algo parecido: han habido buenas condiciones para algunas vías, pero en cambio para el hielo ha sido una pena de año. No ha habido prácticamente nada.
Esta temporada me fui a la costa este de Canadá y EEUU, que por lo menos allí siempre hay hielo, pero también ha sido una temporada en la que han tenido muy pocos días de frío de verdad; de ese que te impide escalar a gusto; de esos 20, 25 o 30 grados bajo cero que suelen tener en enero y febrero.
En el Pirineo el problema es que estos últimos años tenemos temperaturas bajo cero durante muy pocos meses. Así que si viene un invierno como el de este año, ya sabemos lo que nos vamos a encontrar.
Y realmente lo que más me asusta es eso, que llegue el momento que tengamos un invierno sin invierno. Esto hace que desde luego salten las alarmas de todos a los que nos gustan los deportes invernales, tanto por la falta de condiciones para ellos, como por la falta de abastecimiento de agua que puede suponer para el resto del año y para el verano, que miedo dá cómo será.”
“Las altas temperaturas han provocado que la escalada en hielo se haya limitado mucho. Ha habido muy pocas cascadas para hacer y todas muy altas y con grandes aproximaciones. La tendencia es esta, el hielo desaparece. Contraria situación la que ha vivido el alpinismo: muy buenas condiciones para hacer corredores y caras nortes. En los Alpes cada vez habrá menos cascadas, al final lo que vamos a tener que hacer es adaptarnos, abandonar un poco el hielo y viajar fuera, Noruega, Canadá… Nos tocará centrarnos en escalar en roca, abandonar el hielo pirenaico e ir en busca de condiciones para escalar en hielo hacia el ártico.
Al final es culpa de todos, es lo que hay. Lo tenemos que asumir y adaptarnos a los nuevos tiempos.”
“Está claro que el cambio climático ha causado estragos. Con respecto a los intentos anteriores al Everest invernal, recuerdo que no corría el agua hasta principios de marzo y este año corría en todo momento. Al principio caían piedras a causa de un viento mucho más intenso y luego fuertes nevadas…Un tiempo de locos.
En Himalaya están cambiando las condiciones… En enero, que casi siempre hay una ventana, este año no la ha habido.”
Como hemos visto, el cambio climático llega hasta las montañas más altas de la Tierra. El calentamiento global azota los Pirineos, los Alpes, el Himalaya… El derretimiento de los glaciares podría dejar inundaciones por el aumento del caudal, producir ensanchamientos en las grietas glaciares o grandes desprendimientos de seracs. Está claro que de seguir así se dificultará mucho la escalada en hielo e, incluso, futuras expediciones al techo del mundo, sin hablar de las sequías y fenómenos climatológicos con el poder destructor de los grandes ciclones y huracanes, las DANA en España o los incendios descontrolados como los de Australia o California. Tenemos que empezar a hacer más por intentar evitarlo.
POR COUPLE CLIMBERS – JAUME PEIRÓ Y ÁLEX GONZÁLEZ
Fuente: Revista Oxígeno (leer más…)
por FIMT | Feb 13, 2020 | Alpinismo, Noticias
Dani Benedicto, tras completar el Great Himalaya Trail: “A la gente le gusta ver que hay personas normales haciendo cosas extraordinarias”
Dani, uno de los dos jóvenes que ha atravesado el Himalaya en 99 días, nos detalla cómo encaró sin apenas experiencia esta travesía invernal de 1.700 km.

La reciente travesía de Dani Benedicto y su compañero Sergi Unanue en el Great Himalaya Trail ha impactado con fuerza en los medios de comunicación, especialmente en Cataluña. El gancho, que ellos mismos han lanzado, es que a sus 26 años se han convertido en las personas de menor edad en completar este trekking en Nepal, conocido por sus inagotables 1.700 km y sus pasos de altura.
El dato lo extraen de la base de datos de Himalayan Adventure Labs, en la que figuran 95 finishers del recorrido de los que solo 6 lo han realizado sin porteadores ni guías. Ellos, que han tardado 99 días, ya han enviado la información para engrosar este último listado en los próximos días.
Pero al margen de cifras y récords, es interesante conocer de primera mano las vivencias y dificultades que estos jóvenes sin apenas experiencia en montaña invernal han encontrado en una actividad tan larga, con una decena de pasos por encima de los 5.000 m de altitud y en condiciones invernales.
También las reflexiones de dos chicos “completamente normales” -Dani ha terminado sus estudios de Ciencias Políticas y Sergi da sus primeros pasos como periodista-, que un día cogieron una gran mochila y se fueron a recorrer el mundo. También la montaña.
“Solo nos conocíamos de Instagram, pero no dudó en apuntarse”
¿Cómo os conocisteis?
Sergio y yo llevamos unos años viajando, normalmente en solitario, por diferentes lugares del planeta. Nos conocimos en 2018 en Mongolia de una forma un tanto surrealista: una amiga nos puso en contacto y yo le propuse comprar unos caballos para recorrer parte así parte del país. Solo nos conocíamos de Instagram, pero no dudó en apuntarse. Fue un inicio de la relación muy potente, sobre todo cuando me dí cuenta de que él no había subido nunca a un caballo. Esa aventura duró un mes y nos unió mucho porque compartimos una manera de entender el turismo y de relacionarnos con el resto del mundo.
Y después de caballos en Mongolia, os fijasteis en el Great Himalaya Trail. ¿Por qué?
Por casualidad. Estando en un bar en Nepal, una chica se me acercó y me comentó de su existencia. Nunca había oído hablar de esta ruta pero sonaba muy interesante: era un auténtico reto, una forma de desafiar mis propios límites y de probar cosas nuevas. Me compré una guía de segunda mano y lo empezamos a organizar.
“Fuimos bastante a ciegas”
¿Fue sencillo encontrar información para saber dónde os estábais metiendo?
En internet hay muchas entradas pero poca información. Son publicaciones muy repetidas que además suelen estar controladas por las agencias turísticas, por lo que su finalidad es puramente comercial. Así que realmente fuimos bastante a ciegas.
Pero es una ruta muy larga, en la que hay que atravesar varios pasos por encima de los 5.000 m de altitud, y además en invierno. ¿Qué experiencia previa teníais?
Como viajeros, mucha, pero alpinismo o alta montaña, muy poca. Esa búsqueda de desafiar nuestros propios límites y de vivir situaciones nuevas es lo que nos movió a hacerlo. Lo que sí que sabíamos por nuestra experiencia vital es que funcionábamos muy bien en situaciones de estrés: sabemos parar, crear una perspectiva general y tomar buenas decisiones.
“Uno de los mayores peligros fue atravesar los glaciares. Llevábamos crampones y piolet, pero no cuerda ni arnés”
Imagino que además del frío, tendríais que hacer frente a los riesgos de la montaña invernal, con pasos expuestos con nieve, peligro de aludes…
Sí, creo que uno de los mayores peligros fue atravesar los glaciares. Llevábamos crampones y piolet, pero no cuerda ni arnés, por lo que era un poco lotería ir caminando sobre la nieve sin saber si debajo había suelo firme o un gran agujero. También nos preocupaban los desprendimientos de piedras que habitualmente se producen en los caminos de Nepal. Para evitarlos, salíamos lo antes posible mientras todo permanece helado.
En caso de problemas, ¿qué hubiérais hecho?
Normalmente en los puntos problemáticos nos separábamos. Yo iba primero como conejillo de indias y Sergi llevaba un dispositivo de seguridad para poder avisar para un posible rescate. Así dicho suena bastante seguro, pero en función de las condiciones meteorológicas podrían tardar días en llegar hasta nosotros.
“Le pusimos todo el sentido común que pudimos y cruzamos los dedos en algunas ocasiones”
¿Hasta qué punto ha sido una experiencia aventurera o temeraria?
En la montaña la suerte siempre cobra un papel importante. Por ejemplo, los aludes son un tema muy complicado y tuvimos que pasar por un par de puntos donde vimos cómo habían barrido árboles y animales. Dentro de eso, le pusimos todo el sentido común que pudimos y cruzamos los dedos en algunas ocasiones.
¿Cómo hacíais para comer y dormir?
Normalmente, el sistema que se utiliza en Nepal es pagar por el plato de comida típico y a cambio te dejan también un lugar donde dormir. Puede ser el suelo o una cama, si tienes suerte. También tuvimos que acampar en tienda bastantes noches y cocinar por nuestra cuenta. Obviamente, nos saltamos muchas comidas.
“Los límites realmente no existen, que el verdadero límite es la muerte”
¿Con qué os quedáis de esta experiencia?
Me quiero quedar con el hecho de que hemos terminado una ruta que desde casa se puede ver como imposible o solo reservada para profesionales.
Me comentabas que estas buscando conocer tus propios límites. ¿Crees que los has encontrado?
No, de hecho pienso que los límites realmente no existen, que el verdadero límite es la muerte. Cuando estás muy cansado, siempre puedes tirar más, es una forma de ir ampliando lo que creías que eran tus límites.
“Queremos cambiar la mentalidad de las vacaciones rápidas al resort por algo más local y sostenible. También queremos quitar muchos miedos a la gente”
Tanto durante la travesía como al finalizarla no habéis dejado de lado la comunicación en medios, redes sociales… ¿Por qué?
Esta actividad del Great Himalaya Trail se enmarca dentro de algo mucho mayor que es el objetivo de dar la vuelta al mundo sin aviones, que tenemos los dos. A ambos nos gusta dar a conocer nuestra manera de viajar y de ver el mundo, con la intención de cambiar el modelo turístico actual en el que hay muy poca conexión con la gente local y con el medio natural. Queremos cambiar la mentalidad de las vacaciones rápidas al resort por algo más local y sostenible. También queremos quitar muchos miedos a la gente. Cuando hace años empecé a hacer autostop, mucha gente me ha dicho que era muy peligroso y ahora es mi principal forma de moverme. Con el GHT ha ocurrido algo parecido, nos decían que no podríamos hacerlo, que era demasiado largo, difícil o caro, pero lo hemos hecho.
¿Cuánto os ha costado?
Nos tuvimos que gastar 1.000 euros en material, porque veníamos de otros lugares más cálidos donde no era necesario tener un chaqueta técnica u otro material como tienda de campaña o sacos. A partir de ahí nos hemos gastado unos 10 euros diarios entre comida y alojamiento, es decir, unos 1.000 euros. Si lo comparas con los 35.000-50.000 dólares que te cobran las agencias…
“Solo somos dos viajeros que en un momento de nuestras vidas nos hemos propuesto un gran objetivo”
Un dato sorprendente.
Nepal se está convirtiendo en un sitio donde los turistas se dejan mucho dinero y donde los precios están subiendo desorbitadamente. Pero al margen del dinero, nos gusta porque es una experiencia mucho más real. ¿Qué gracia tiene hacer el GHT si no te tienes que preocupar ni por llevar tu mochila? Nosotros queríamos una relación con la montaña mucho más sincera: de tú a tú.
¿Por qué crees que vuestra historia está teniendo tanta repercusión?
A la gente le gusta ver que la gente normal puede hacer cosas extraordinarias. Nosotros no somos ningunos expertos, solo dos viajeros que en un momento de nuestras vidas nos hemos propuesto un gran objetivo y teníamos muchas ganas de alcanzarlo.
Fuente: Revista «DESNIVEL» (leer más…)
por FIMT | Feb 6, 2020 | Alpinismo, Noticias
CARLOS SORIA CUMPLE 81 AÑOS CON LA VISTA PUESTA EN EL DHAULAGIRI Y SIN APOYO ECONÓMICO
Carlos Soria cumple hoy 81 años. Lleno de vitalidad, entrenando todos los días con la vista puesta en partir al Dhaulagiri esta primavera. Por el momento no cuenta con ningún apoyo económico, algo increíble tratándose de un proyecto único. Y, sobre todo, de un ejemplo de vida que nos inspira a todos y nos enseña que no hay edad límite para vivir nuestros sueños.

Carlos Soria cumple hoy 81 años. Y sigue tan lleno de vitalidad, energía, sueños, proyectos, ilusiones como siempre. Viviendo el sueño que tuvo cuando siendo un adolescente descubrió la montaña: ser alpinista.
Para Carlos ser alpinista es algo a lo que está dedicado en cuerpo y alma porque para él significa disfrutar de la montaña, vivirla como a él siempre le ha gustado hacerlo: dándolo todo.
Disfruta siempre en la montaña, incluso cuando tiene que estar largas temporadas en un campo base esperando la llegada del buen tiempo. Porque está donde quiere estar.
Pero no es fácil. Para estar como él quiere estar: siendo autónomo, sin depender de otros, llevando el ritmo que le permite la edad (que no es lento precisamente) hay muchas horas de preparación, entrenamiento y, sobre todo, mucho trabajo.
Un dato increíble: a sus 81 años, sigue cotizando como autónomo (teniendo en cuenta que comenzó a trabajar a los 11 años, debe ser una de las personas de nuestro país que más años lleva dado alta).
En otro país que no fuera España, un personaje como Carlos Soria no sólo no se vería obligado a seguir cotizando, sino que contaría con todo el apoyo institucional, también, de empresas privadas para llevar a cabo su proyecto, un reto único a nivel mundial: completar los Catorce con más de ¡81 años!
Lo que quiere hacer Carlos Soria no es fútbol, tampoco un deporte olímpico, pero es un reto único que tardará muchos años en ser repetido a nivel mundial por otra persona.
Carlos nos enseña que la edad no es el límite para vivir con plenitud. Que la vida sólo se acaba el día que se acaba y que, mientras tanto, nuestra obligación es vivir nuestros sueños aunque estos sean tan locos e imposibles como completar los Catorce con más de 81 años.
Si tuviera apoyo, tampoco sería un sueño tan loco e imposible pues sólo le faltan dos -Dhaulagiri y Shisha Pangma- y está sobradamente preparado física y psicológicamente para afrontarlos.
Ahora sólo le falta apoyo económico para poder partir esta primavera al Dhaulagiri. Por ahora, parece increíble pero es así, no tiene nada.
Pero él sigue entrenando, preparándose y cotizando a la seguridad social. Un ejemplo para todos. Y una reflexión para quienes desde puestos públicos y privados deberían estar apoyándole. En pocas cosas tan importantes se podría invertir dinero como en apoyar este proyecto, que formará parte de la leyenda del deporte y, sobre todo, nos motivará a todos a vivir nuestros sueños independientemente de la edad.
¡Féliz cumpleaños Carlos! Esperamos que pronto estés en la cima del Dhaulagiri.
(leer más…)
por FIMT | Dic 30, 2019 | Alpinismo, Montaña, Noticias
Alex MacIntyre, leyenda de la escalada pura adelantado a su tiempo, murió a los 28 años al caerle una roca en el Annapurna

Cabe preguntarse dónde afinó su puntería el destino. Un día de otoño de 1982, un bloque de piedra del tamaño de una maceta se desprendió y rodó por la caótica ladera sur del Annapurna (8.091 metros). Cayó justo en la cabeza del alpinista inglés Alex MacIntyre, que ya estaba muerto cuando su cuerpo aterrizó en la nieve y empezó a deslizarse cada vez más rápido hacia la base de la pared. Tenía 28 años y hasta ese día parecía inmortal. Admirado entonces, ahora es un alpinista de leyenda. La pequeña lápida en su memoria a los pies del Annapurna recoge una frase atribuida a un proverbio tibetano: “Es mejor vivir un día como un tigre que una vida entera como una oveja”.
Alex vivió su vida de alpinista a pecho descubierto, obsesionado con escalar las montañas más difíciles, pero no de cualquier manera. La ética, el estilo, importaba mucho más que el éxito o la conquista de una pared virgen. Resultaba fundamental no traicionarse, no ceder ante sus propios miedos, y MacIntyre, como todos los alpinistas con cerebro, disponía de su propia colección de miedos. Superarlos era más una cuestión de supervivencia emocional que de orgullo y fanfarronería.
El Reino Unido tiene tan poca roca y terreno de alta montaña como grandísimos alpinistas. En los años setenta del siglo XX, el subsidio del paro sirvió para que un pelotón de escaladores británicos se empadronasen extraoficialmente en Chamonix, dispuestos a formarse en las caras norte más famosas de los Alpes. MacIntyre fue uno de ellos, y era de los que más necesidad de aprender tenía, puesto que ni era especialmente valiente ni hábil escalando en roca. Pero tenía un don para moverse con piolets y crampones en alta montaña.
En esos años, las técnicas de asedio de las montañas de los Alpes formaban parte del pasado: reinaba el estilo alpino, es decir, un tú a tú con la montaña en igualdad de condiciones, sin trampas, sin atajos y con el compromiso como regla principal de un juego altamente peligroso. Se trataba de aunar inteligencia, técnica, fortaleza física y valentía para adentrarse en una pared austera y salvaje y escalarla de la forma más limpia y veloz posible. Eso es el estilo alpino, y es sagrado.
El primer ‘ochomil’
En esa época, en el Himalaya todo estaba por hacer. Solo había que imponer el mismo patrón admitido en los Alpes. No existe una respuesta para la gran pregunta del alpinismo: ¿por qué sus actores arriesgan sus vidas? Esto no significa que los alpinistas no sean conscientes del riesgo que asumen… Pero, claro, todos creen que burlarán la fatalidad, incluso cuando acuden a los funerales de sus amigos alpinistas.
MacIntyre firmó ascensiones en el Himalaya que aún hoy alucinan a los mejores: En 1978, dentro de una improbable expedición anglo-polaca al Hindu Kush abrió sendas vías en el Koh-i-Bandaka y el Changabang junto a John Porter y Woytek Kurtyka. Tras pasar con éxito por la Cordillera Blanca (Perú), en 1980 se enfrentó a su primer ochomil para abrir una ruta en la cara este del Dhaulagiri (junto a Kurtyka, Ludwik Wilczyczynski y René Ghilini). En 1981, realizó dos intentos a la temible cara oeste del Makalu, primero con su gran amigo Kurtyka, y más tarde con otra de las grandes leyendas polacas: Jerzy Kukuczka.
MacIntyre estaba desatado. Ya no era el chico que dudaba, que deseaba demostrar su valía y su valor, que buscaba imponer su forma de entender la montaña. La fortuna le había asociado con la mejor compañía, ingleses y polacos, tipos que se veían capaces de llevar a cabo cualquier sueño. MacIntyre buscaba un sitio en la historia del alpinismo, la fama necesaria para poder llevar más tarde una vida despreocupada.
Como los soldados
John Porter, su amigo y posterior biógrafo, le recuerda ansioso ante la posibilidad de sufrir un accidente, pero resuelto a cumplir todo lo que se había propuesto. No cerraba los ojos ante el peligro: le seducía la idea de burlar las trampas de la montaña, con seriedad y una valentía que él mismo comparaba a la de los soldados en las guerras mundiales. Escalar una pared virgen en el Himalaya, decía entre risas, es como abrirse paso hacia las trincheras enemigas, tratando de elegir esa trayectoria que evite un balazo, una explosión, una mina o un francotirador. Sabes que tienes que correr, ser hábil y valiente, pero desconoces hasta qué punto está o no en tus manos sobrevivir.
Alex estuvo en el centro de un terremoto que alteró las reglas del juego, fue una de las piezas clave de una generación de escaladores excepcional que desapareció mucho antes de lo esperado. La lista de ausencias es terrible: Joe Tasker, Peter Boardman, Jerzy Kukuczka, Roger Baxter-Jones, Al Rouse, Georges Bettembourg, John Syrett o Jean Marc Boivin. Se dice que la mala suerte mató a unos y la ambición a otros. El problema es que no existe alpinismo sin ambición. John Porter recuerda en su obra Un día como un tigre cómo una anciana le preguntó una vez en un aeropuerto por qué llevaban tantas maletas: “Es el equipo, porque somos alpinistas”, contestó. “Ah, sí, he leído sobre vosotros: ¡os vais muriendo pero siempre llegan otros que os relevan!”.
En primavera de 1982, MacIntyre, Roger Baxter-Jones y Doug Scott firmaron la primera ascensión del Pungpa Ri y la apertura de una nueva ruta en la cara suroeste del Shisha Pangma, desde entonces un lugar santo para el estilo alpino. Su frenesí bien calculado le condujo hasta los pies de la cara sur del Annapurna. Le acompañaban Porter y Ghilini, pero Porter enfermó y contempló marchar por última vez a su amigo. Pretendían escalar la impresionante pared con apenas un par de tornillos de hielo, tres pitones de roca y una cuerda famélica. En realidad pretendían, sin saberlo, adelantarse varias décadas a su tiempo. En 2013, el genial Ueli Steck escaló una ruta nueva en la misma pared y regresó al campo base en 28 horas. Puede que sonriese al leer el epitafio en la lápida de MacIntyre.
(ver más…)
por FIMT | Dic 13, 2019 | Alpinismo, Montaña, Noticias

«Un ejemplo positivo de una relación duradera entre los seres humanos y su entorno».
El alpinismo ha sido declarado este miércoles como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad por la Unesco. La decisión fue tomada por un comité especial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura que se reúne desde el 9 de diciembre en Bogotá, la primera capital de Latinoamérica en acoger este encuentro de periodicidad anual.
Nacido en el siglo XIV en los Alpes, el alpinismo, una disciplina que trasciende lo deportivo, había sido propuesto conjuntamente por Francia, Italia y Suiza. Esta actividad «ofrece un ejemplo positivo de una relación duradera entre los seres humanos y su entorno«, subrayan desde la Unesco.
La postulación de esta disciplina para su consideración como Patrimonio de la Humanidad data de 2011, año en que se creó un comité directivo entre franceses e italianos, dos de los países promotores. Suiza se unió luego aportando sus conocimientos en gestión de avalanchas.
ESTILO DE VIDA
En el alpinismo se crean relaciones «a menudo sólidas y largas» entre sus practicantes y que incluyen una «dimensión espiritual y ética», reza el documento de la propuesta que fue acogida por la Unesco. «Es una manifestación de la relación compleja entre el hombre, la naturaleza y el universo«, agrega.
En Italia, unas 311.000 personas pertenecen a clubes de alpinismo, mientras que Suiza registra 150.000 y Francia 95.000 afiliados. «Este es un estilo de vida para muchos», dijo Pierre Mathey, secretario general de la Asociación Suiza de Guías de Montaña. Es «una práctica física con una cultura compartida, un arte hecho de conocimiento, know-how y adquisición de conocimiento sobre el medio ambiente».
La Unesco recibe anualmente cientos de pedidos de los 178 Estados que ratificaron la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial de 2003, pero acepta considerar poco menos de 50 casos cada año. Un comité integrado por 24 países toma la decisión final basado en recomendaciones de los expertos. Si bien el ingreso en esta lista les da un sello distintivo, la declaratoria es solo la parte más visible del proceso, cuyo objetivo final es la protección de la diversidad cultural frente a la creciente globalización.
(ver más…)