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Siete Cimas – Juan Diego Amador

Siete Cimas – Juan Diego Amador

Las cimas más altas de Europa, África, Asia. América del Norte y del Sur, la Antártida y Oceanía son las protagonistas de este documental. Juan Diego Amador, primer canario y cuarto español en lograrlas nos brinda la oportunidad de dar un paseo por el planeta mediante este trabajo inédito que nos permite ver el mundo desde lo más alto.

La »Tenerife Bluetrail» no se celebrará este año

La »Tenerife Bluetrail» no se celebrará este año

La Tenerife Bluetrail iba a celebrarse entre el 4 y el 6 de junio con siete modalidades.

La próxima edición de la ‘Tenerife Bluetrail’, la carrera de montaña más alta de España, se celebrará en 2021.

Así lo ha decidido este jueves el Cabildo de Tenerife, organizador de la prueba a través de la empresa pública Ideco, tras la prolongación de la declaración del estado de alarma decretada por el Gobierno español para contener la propagación del Covid-10.

La consejera insular de Deportes, Concepción Rivero, señala en una nota que se han barajado diversas opciones y «la mejor alternativa es trasladar la prueba al año que viene», cuando se cumple el décimo aniversario de la prueba y se le darán «todos los honores que se merece».

Rivero recuerda que lo importante en estos momentos de crisis es la salud de las personas, seguir todas las recomendaciones de las autoridades sanitarias y permanecer en casa para evitar los contagios.

«Los deportistas también se han visto muy afectados por la pandemia y las restricciones de movimiento. Nosotros queremos que los corredores de la Tenerife Bluetrail lleguen a la carrera en óptimas condiciones físicas y, dadas las circunstancias, esto no hubiera sido posible en la fecha prevista», subraya la consejera insular.

Además, asegura que ya se trabaja «para tener en 2021 la mejor carrera de todas las ediciones».

La Tenerife Bluetrail iba a celebrarse entre el 4 y el 6 de junio con siete modalidades: la Ultra, de 103 kilómetros; la Trail, con una distancia de 71 kilómetros, que también cuenta con una modalidad por relevos; Maratón, de 44; Media, que recorre una distancia de 20 kilómetros; el Reto Bluetrail para personas con discapacidad, que contempla tres distancias de 8, 3,7 y 1,2 kilómetros, y una nueva carrera vertical nocturna de 3,1 kilómetros.

WEB: tenerifebluetrail

Fuente: RTVCanaria (leer más…)

No todo el monte es orégano: problemáticas del senderismo en España

No todo el monte es orégano: problemáticas del senderismo en España

¿Qué “empaña” los caminos señalizados de nuestro país?

Una de cada once personas practica el senderismo en España, ocasional o regularmente. El tránsito de esas cuatro millones de personas implica vivencias personales muy valiosas, pero también viene acompañado de una problemática poco divulgada ¡te contamos esas “sombras”!

No vamos a descubrir a estas alturas los beneficios del senderismo, tan múltiples como diferentes son las visiones de qué buscamos realmente en la naturaleza. Sus beneficios resultan innegables y el interés por la actividad también, pero hoy nos vamos a ocupar de qué “empaña” los caminos señalizados de nuestro país.

DOBLE PROBLEMÁTICA

Como toda actividad humana en el medio natural, el senderismo se enfrenta en nuestro país a una doble problemática: endógena (ocasionada por parte de los propios senderistas) y exógena (ocasionada por personas y fenómenos ajenos al senderismo). Todos esos problemas serían fácilmente evitables si apelásemos a nuestros valores ciudadanos y las administraciones aplicasen a nivel local planes específicos .

PROBLEMÁTICA ENDÓGENA

Entre los problemas que más a menudo se detectan puntualmente en los 60.000 kilómetros de senderos marcados que tenemos en España destacan:

1) Falta de formación técnica. Se asocia lo fácil que resulta caminar por un sendero cómodo con pasear por un núcleo urbano. Sin embargo se trata de una actividad en el medio natural, a menudo en montaña, y que por tanto conlleva riesgos, desde leves (extravío temporal o fatiga), a medios (ser sorprendidos por una tormenta) o graves (torceduras de pie o caídas en cortados rocosos). Las estadísticas demuestran que se trata de un colectivo que rara vez pertenece a un club o entidad donde puedan formarse sobre técnicas y gestión del riesgo) y que no complementa sus conocimientos con la lectura de manuales o el visionado de vídeos tutoriales de calidad. El ratio de los que se federan y/o forman con cursos respecto a los que muestran absoluto desinterés es de 1:40 .

2) Relativización de la importancia del material. A menudo no se invierte el tiempo necesario en adquirir un material de buena calidad, lo que puede comprometer nuestra seguridad. El ejemplo más significativo es la adquisición de calzado con criterios más estéticos (como aspecto moderno o muy ligero) o de bajo precio que en buscar que incluyan suelas muy adherentes en terreno seco… ¡y mojado! También es muy común utilizar chubasqueros poco impermeables, que calarán tras sólo 10 o 20 minutos de lluvia intensa, o mochilas de colegio pese a que en no pocas ocasiones se van a cubrir distancias superiores a los 10 kilómetros, entre la ida y la vuelta.

3) Turistificación o frivolización de la actividad. Se visitan espacios naturales protegidos como quien hace turismo rural. Rara vez se llevan mapas específicos (escala 1:25.000), pues se suele confiar en un marcado y cartelería muy precisos pero que quizá no lo sean tanto, y nos contentamos con echar un vistazo al mapa generalista que hay en los aparcamientos de los espacios más visitados. Como desvalorizamos la posibilidad de imprevistos, no llevamos una buena linterna frontal (de al menos 200 lúmenes) ni agua de reserva.

4) Se observa un incremento muy rápido de salidas en grupos masivos, ya sea por “quedadas” realizadas desde grupos de redes sociales o por los ratios desproporcionados de algunas empresas que para compensar el bajo precio de su actividad incluyen de 30 a 80 personas… ¡con un solo guía! Los grupos grandes son ruidosos (puede que a alguien ajeno a nuestro grupo no le agrade escuchar nuestros gritos y bromas en voz alta), lentos, heterogéneos e incompatibles con entornos frágiles.

5) Promoción y divulgación desmedida de nuestros “descubrimientos” en redes sociales. En España hay miles de perfiles que incluyen habitualmente detalles de la excursión que han realizado con un enfoque supuestamente semi profesional, buscando en ocasiones poco más que un “me gusta” o el agradecimiento y alabanzas de otros. La geolocalización de valores singulares, como árboles centenarios o pequeñas lagunas poco conocidas, está provocando un efecto llamada y perjuicios medioambientales de los que ya alertan agentes forestales de diversas comunidades.

6) Sólo dos de cada cien personas que practican el senderismo poseen un seguro deportivo, ya sea de tipo federativo o privado. En caso de búsqueda por extravío, accidente o rescate algunas comunidades pueden repercutirnos el gasto originado, que ascenderá a varios miles de euros.

7) Falta de colaboración y empatía con los pueblos cuyo municipio incluye nuestro objetivo. A menudo llegamos con la comida ya comprada en una gran superficie de la ciudad y sólo paramos a la vuelta en el pueblo ¡para depositar nuestra bolsa de basura!

PROBLEMÁTICA EXÓGENA

Las situaciones problemáticas más comunes son:

a) Ausencia de mantenimiento adecuado de los senderos menos transitados, lo que repercute en una señalización deficiente u obsoleta. Hay casos notables de importantes senderos ¡señalizados por voluntarios que no son expertos en la zona o empresas inexpertas en balizado de senderos (existe una metodología y materiales específicos que deben cumplir la normativa vigente).

b) Riesgo puntual, bajo pero presente, de ser atropellado en caminos y vías pecuarias cercanas a las grandes capitales, como Madrid y Barcelona. No es difícil ver motos de campo circulando a gran velocidad en zonas sin visibilidad o aficionados a la bicicleta de montaña bajando deprisa por senderos balizados (aunque es cierto que la mayoría se muestran más respetuosos con los “peatones” que los “moteros”).

c) Falta de vigilancia en la mayoría de los espacios protegidos. Por lo general el número de agentes medioambientales resulta insuficientemente en prácticamente todas las comunidades y están dedicados casi en exclusiva a tareas de mayor relevancia. No te será difícil ver a gente molestando con sus perros suelto al ganado (aunque existen dueños de mascotas muy respetuosos) o a cualquier “elemento” haciendo fuego en el sitio más insospechado sólo para divertirse.

d) Empresas de rutas y diferentes actividades manejándose a su gusto y sin control en espacios valiosos. Desde furgonetas que transportan repetidamente y hacia arriba a un grupo de bicicletas que momentos antes han transitado ladera abajo cualquier bosque,vuelos de helicópteros privados (en Pirineos tenemos casos de heli-esquí y heli bici) o salidas nocturnas multitudinarias en épocas de nidificación de aves (un grave problema en sitios tan emblemáticos como el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama). Una parte importante de las actividades las conducen individuos sin titular o insuficientemente titulados, y suele disfrazarse en la web de su empresa con frases tipo “Todos nuestros monitores están titulados”.

Fuente: Revista Oxígeno (leer más…)

El invierno que no fue…

El invierno que no fue…

Los escaladores Jaume Peiró y Álex González reflexionan sobre la aventura y el cambio climático, contando con los testimonios de Alex Txikon, los hermanos Pou o Cecilia Buil.

Las temperaturas bajan y los días cada vez son más cortos. Ello anuncia la llegada del invierno en el hemisferio norte…. o eso creíamos.

El 21 de diciembre cambiamos de estación, dejando atrás el otoño para recibir con ansias la bajada de temperaturas que iba a hacer posibles nuestras actividades invernales. A escasos días de que termine este invierno 2019-2020, podríamos decir, con total seguridad, que ha sido una temporada muy mala para todos los que buscamos saciar nuestra sed de aventura en la nieve y el hielo.

Enero de 2020 ha sido el más cálido desde 1880.

El cambio climático cada vez está más presente. Los inviernos se van acortando y las temperaturas suben sin control. Enero de 2020 ha sido el más cálido desde 1880, quizá algo con lo que tendrá que ver el ser humano. Incendios sin precedentes, ciclones devastadores, disminución continua del hielo marino y continental… son hechos constatados que deberían hacernos ver la realidad de la situación en la que nos encontramos. Igual que para contener la expansión del coronavirus, también depende de todos nosotros que la temperatura mundial vaya o no en aumento.

En los Alpes, por ejemplo, la superficie glaciar se ha reducido entre un 30-40% desde 1850. La Mer du Glace, el mítico glaciar de las laderas del Mont Blanc, pierde entre 3 y 4 metros de espesor cada año. En el Himalaya, corre el agua por donde debería haber hielo. El nivel de los mares sube sin descanso por el deshielo de los casquetes polares…

Todos estos datos contrastados con estadísticas y estudios internacionales justifican las malas condiciones que nos hemos encontrado a la hora de llevar a cabo actividades invernales de escalada y alpinismo en la montaña este año.

La temporada no empezó mal. A finales de noviembre calentábamos motores en la norte del Almanzor, en Gredos, siendo la primera repetición de la temporada. También hemos buscando hielo que pinchar en distintas partes de España (Benasque, Bielsa…) y de Europa [Les Ecrins (Alpes Marítimos), Cogne (Alpes italianos), Chamonix…] , esperando que hubiera muchas cascadas formadas. Pero nos encontramos con todo lo contrario. Es más, solo pudimos escalar cascadas en Cogne (Italia) y en la mayoría de ellas no pudimos llegar hasta el final, debido a la mala calidad del hielo existente o, directamente, a que no lo había, así como a la sobrepoblación de escaladores, dado que solo había formadas unas pocas líneas.

Sin embargo, no podemos decir mucho sobre si es algo novedoso o se viene produciendo habitualmente, por lo que hemos optado por racabar el testimonio y la opinión de varios montañeros expertos para saber si estamos ante un ejemplo más de lo que puede estar suponiendo el cambio climático en función de su experiencia de otras temporadas:

“Ha sido un año inusual. No ha sido un invierno especialmente duro, incluso todo lo contrario: muy poca precipitación. Cuando ha nevado ha sido fuerte, pero esto ha ocurrido en muy pocas ocasiones durante la temporada. Que recordemos nosotros, para hielo de fusión ha sido de las peores, pero bueno, es cierto que las caras norte han estado en bastantes buenas condiciones, diría incluso que mejor que en otros años por esto mismo, es decir, gracias a que ha precipitado poco, y ha habido mucho anticiclón, lo que nos ha permitido disfrutar de ellas en buenas condiciones.

Nosotros hemos aprovechado esta circunstancia para hacer actividad este invierno en Pirineos. Pero lo que ha llegado a nuestros oídos es que las condiciones han sido generalmente malas en casi todos los sitios. Probablemente el cambio climático este famoso tenga algo que ver en todo ello.

Diríamos que desde que tenemos uso de razón, en general hace mucho menos frío; nieva bastante menos y los inviernos cada vez son más cortos.”

“La temporada la he visto desastrosa. Yo ni recuerdo ni había visto una temporada así nunca, la verdad. Para el hielo ha sido terrible pero de cara al alpinismo hemos encontrado condiciones excepcionales en lugares puntuales, típicas de la primavera y se han podido hacer cosas que en un invierno normal hubieran sido muy complicadas.

Precisamente por esas condiciones de poca precipitación de nieve durante dos meses y que ha hecho mucho calor, en Pirineos, actividades que se hacían normalmente en abril o a finales de marzo, se están haciendo en enero y en febrero. En Alpes ha sido algo parecido: han habido buenas condiciones para algunas vías, pero en cambio para el hielo ha sido una pena de año. No ha habido prácticamente nada.

Esta temporada me fui a la costa este de Canadá y EEUU, que por lo menos allí siempre hay hielo, pero también ha sido una temporada en la que han tenido muy pocos días de frío de verdad; de ese que te impide escalar a gusto; de esos 20, 25 o 30 grados bajo cero que suelen tener en enero y febrero.

En el Pirineo el problema es que estos últimos años tenemos temperaturas bajo cero durante muy pocos meses. Así que si viene un invierno como el de este año, ya sabemos lo que nos vamos a encontrar.

Y realmente lo que más me asusta es eso, que llegue el momento que tengamos un invierno sin invierno. Esto hace que desde luego salten las alarmas de todos a los que nos gustan los deportes invernales, tanto por la falta de condiciones para ellos, como por la falta de abastecimiento de agua que puede suponer para el resto del año y para el verano, que miedo dá cómo será.”

“Las altas temperaturas han provocado que la escalada en hielo se haya limitado mucho. Ha habido muy pocas cascadas para hacer y todas muy altas y con grandes aproximaciones. La tendencia es esta, el hielo desaparece. Contraria situación la que ha vivido el alpinismo: muy buenas condiciones para hacer corredores y caras nortes. En los Alpes cada vez habrá menos cascadas, al final lo que vamos a tener que hacer es adaptarnos, abandonar un poco el hielo y viajar fuera, Noruega, Canadá… Nos tocará centrarnos en escalar en roca, abandonar el hielo pirenaico e ir en busca de condiciones para escalar en hielo hacia el ártico.

Al final es culpa de todos, es lo que hay. Lo tenemos que asumir y adaptarnos a los nuevos tiempos.”

“Está claro que el cambio climático ha causado estragos. Con respecto a los intentos anteriores al Everest invernal, recuerdo que no corría el agua hasta principios de marzo y este año corría en todo momento. Al principio caían piedras a causa de un viento mucho más intenso y luego fuertes nevadas…Un tiempo de locos.

En Himalaya están cambiando las condiciones… En enero, que casi siempre hay una ventana, este año no la ha habido.”

Como hemos visto, el cambio climático llega hasta las montañas más altas de la Tierra. El calentamiento global azota los Pirineos, los Alpes, el Himalaya… El derretimiento de los glaciares podría dejar inundaciones por el aumento del caudal, producir ensanchamientos en las grietas glaciares o grandes desprendimientos de seracs. Está claro que de seguir así se dificultará mucho la escalada en hielo e, incluso, futuras expediciones al techo del mundo, sin hablar de las sequías y fenómenos climatológicos con el poder destructor de los grandes ciclones y huracanes, las DANA en España o los incendios descontrolados como los de Australia o California. Tenemos que empezar a hacer más por intentar evitarlo.

POR COUPLE CLIMBERS – JAUME PEIRÓ Y ÁLEX GONZÁLEZ

Fuente: Revista Oxígeno (leer más…)
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